Hemos recibido un mensaje del Grup de suport a presxs de Lleida con el cartel que insertamos arriba, donde se convoca una concentración en apoyo de Carmen Badía Lachos que está en huelga de hambre desde el 5 de diciembre pidiendo que la liberen como marca la ley, ya que está gravemente enferma de cáncer, o que, al menos, la trasladen a una cárcel más cercana a su gente. También han enviado un comunicado en catalán explicando la situación de Carmen. Aquí debajo podéis leer una traducción. Ponemos también su nombre y dirección, para escribirle dándole ánimos, y el teléfono de la cárcel de Ponent, para exigir cuentas a la autoridad responsable.
¡Comunicado sobre la lucha de Carmen en la cárcel de Ponent!
Nos encontramos ante una situación tan común como oculta dentro de los muros de las prisiones. Centros de reclusión presentes en cada ciudad podrida dominada por este sistema perverso que priva de libertad física a todas aquellas personas que no cumplen las leyes que interesan a quienes gobiernan y siembran la miseria. Así pues, dentro de los centros penitenciarios nos encontramos a menudo con situaciones límite, que deambulan entre la vida y la muerte de las personas que los habitan. ¡Pensamos que no podemos obviarlo! De todas nosotros depende, muchas veces, que las presas y los presos tengan apoyo fuera de los muros y sean escuchadas. Porque sus necesidades quedan apartadas, quedan denegadas y pisadas, quizás hasta la muerte… ¡Pero no todo es oscuro dentro de estos centros de reclusión, en todas partes siempre hay chispas de esperanza! ¡Y por eso se tiene que luchar! Damos nuestro máximo apoyo a las personas que en condiciones tan duras y con tantas dificultades para expresarse libremente y ser escuchadas, se rebelan y reivindican sus necesidades asumiendo las represalias que esto puede comportar. ¡Porque saben que su vida depende sólo de ellas mismas y tienen que luchar para sobrevivir con dignidad! No siempre se quiere pasar por el aro, no siempre se aguantan los chantajes ni los sobornos económicos que se ofrecen desde las instituciones públicas, no siempre somos ovejas que obedecen al pastor y al rebaño.
En la prisión de Ponent, en el Módulo de mujeres está Carmen Badía Lachos. Una presa que está en huelga de hambre desde el día 5 de diciembre del año pasado, es decir, ya hace más de un mes. Se sabe que ha perdido unos 12 kg. de peso y que sigue indefinidamente su reivindicación. Exige un traslado para estar más cerca de su familia y su libertad, puesto que, sufre cáncer de mama por el cual está actualmente recibiendo radioterapia, gravemente enferma. Ella nunca ha reconocido el delito por el cual se lo acusaba, aunque está pagando la responsabilidad civil. Por eso no le permiten disfrutar de los permisos que van asociados en los programas de “reinserción” que ha realizado; le imponen la condición de asumir y mostrar arrepentimiento por el delito que se le atribuye. Obligándole a enviar cartas de disculpa y arrepentimiento a familiares de la víctima; hecho que a ella, sin reconocer el delito, le parece ridículo y se niega.
En una carta del 1 de noviembre de este año pasado, Carmen explica que renunció al tratamiento de quimioterapia y radioterapia porque, a pesar de grave su estado de salud, no quería pasar sus últimos días de vida en un hospital. Solicitó el traslado a una prisión fuera de Cataluña, pensando que allá le podrían autorizar los permisos de salida. Puesto que parece ser que, fuera de las competencias penitenciarias que tiene Cataluña, no le obligarían a asumir el delito y arrepentirse mediante una carta como condición de los permisos que se conceden a cambio de la realización de los programas de “reinserción” convenientes.
Carmen está cumpliendo una condena de 24 años de prisión y ya lleva 12. Estuvo hasta finales del 2014 en la prisión de Brians (Barcelona) antes de ser trasladada a Ponent y denuncia graves actos de corrupción. Como por ejemplo que profesionales de los dos centros le hayan señalado la posibilidad de ofrecer dinero a cambio de su libertad. Explica que en2014, el jefe de la Junta de tratamiento de Brians le preguntó “¿Y por qué no pagas?” y que su tutor allí en Ponent, al que todas conocen como “el borrachín” también le ha planteado la posibilidad de pagar para salir.
En cuanto al trato con las funcionarias, ha tenido problemas con algunas. Como es el caso de la funcionaria jefa del Módulo 8 (módulo de mujeres), que hace turnos el fin de semana. Al parecer, ésta mete partes disciplinarios sin motivo a las reclusas. Según dice Carmen, a ella ya le ha puesto cinco. Explica que la funcionaria va a trabajar bajo los efectos del consumo de sustancias estupefacientes o después de haberlas consumido el día anterior. Parece que esta funcionaria tiene problemas con todas las internas. Estos partes acostumbran a significar la pérdida de permisos de libertad temporal a las presas. En su caso, Carmen ha presentado recursos ante la denegación de los permisos, pero todos han sido desestimados… También explica otra anécdota sobre cuando fue la encargada del economato (tienda de la prisión) y de la limpieza. Parece que otra interna le pidió que guardara droga en el economato y Carmen se negó. Hecho que provocó que la otra interna la quisiera agredir, enpezando una pelea. Entonces, una funcionaria le recriminó que tenía que hacer la vista gorda para llevarse bien con las internas y la echó el trabajo.
El 26 de junio del año pasado fue operada de cáncer de pecho al hospital y el 29 del mismo mes la trasladaron otra vez al centro penitenciario, todavía con los drenajes de la operación. Como en la prisión de Ponent no hay Departamento de Enfermería para las mujeres, la enviaron sola a la celda; teniéndola que ayudar algunas compañeras a ducharse y a limpiar el espacio. Explica como le tenían que acompañar entre cuatro a la ducha porque no tenían al alcance una silla de ruedas para facilitar la tarea. Así, recién operada le seguían realizando registros integrales que le destrozaban la habitación, haciendo que las compañeras tuvieran que ir después a recogerla. También explica una anécdota del mes de septiembre, cuando fueron todas a misa por el día de la Merced. Se ve que una interna estaba enfadada porque su pareja no había podido salir a la misa y golpeó a Carmen en los pechos, causándole una rotura de una de las prótesis y el desplazamiento de la otra. Carmen tuvo que ser operada de nuevo, habiendo sufrido ya cuatro operaciones. Después, a pesar de haber habido testigos de los hechos (una interna y una funcionaria), por decir que la interna le había golpeado, le metieron otro parte por “mentirosa”. Ella denunció los hechos ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Lleida y fue contra-denunciada.
Ahora hace un mes que un funcionario del módulo de mujeres le dijo que sus papeles solicitando el traslado habían sido enviados a Barcelona. El mismo funcionario, le repitió que si quería salir, lo que hacía falta era pagar. Carmen explica como muchas compañeras en su misma situación les ha pasado lomismo…
En estos últimos meses, Carmen no ha parado de luchar por su dignidad y su libertad. El 22 de noviembre se dirige al Síndic de Greuges de Cataluña, solicitando el traslado a la prisión de Zuera (Zaragoza), cerca de su familia. El 24 de noviembre se dirige al Defensor del Pueblo, adjuntando la denuncia y otros documentos. El 12 de diciembre, una nueva carta de Carmen del día 4 informa de que a raíz de un nuevo parte ha sido sancionada con aislamiento de fin de semana (inicia el 2/12, finaliza el 10/12) y privación de paseos recreativos (inicia el 11/12, finaliza el 25/12) no pudiendo realizar vis a vis familiares durante el mes de diciembre , y teniendo que pasar el día de Navidad sola a la celda.
Queremos señalar que esta situación no es un hecho aislado ni en la prisión de Ponent, aquí en Lleida, ni en el resto de prisiones del Estado Español o de cualquier Estado. Porque las prisiones no obedecen a políticas de reinserción o reeducación sino a las del castigo y el miedo, donde las personas presas son vistas como una mercancía con la cual muchas empresas ganan millones de euros a cambio de la explotación laboral de las presas con sueldos de miseria (constructoras, servicios de catering, lavanderías, servicio textil, etiquetados…). La prisión es un mecanismo que se ha desarrollado en esta sociedad y sistema económico para que cumpla varias funciones: mantener la orden establecido y el desequilibrio económico sin que haya riesgos para los ricos, y abrir la puerta de su negocio tanto a aquellas que, según sus criterios de “justicia”, han incumoplido las leyes (posiblemente para poder sobrevivir), como para aquellas que quieren subvertir el orden a través de la teoría y la acción que utilizan.
Pedimos difusión del caso e implicación al enviarle cartas mostrándole el apoyo de las que estamos fuera y la tenemos presente.
Para escribir a la compañera:
Carmen Badía Lachos
Centre Penitenciari Ponent
Carrer Victòria Kent, s/n
25071 Lleida
Teléfono de la cárcel de Ponent: 973 22 03 33