Trato inhumano a una mujer presa enferma de cáncer

Celia, la pareja de Gelen Violeta Torrealba Hidalgo, nos ha hecho llegar una denuncia presentada por ella en junio de 2017 donde relata que Gelen ingresó en prisión preventiva en la cárcel de Málaga el 22 de mayo de 2015 siendo trasladada a la prisión de Córdoba, cuando se encontraba con síntomas de la enfermedad que luego le diagnosticarían. Examinada por el servicio médico de Córdoba le dijeron que no tenía nada, sin realizarle ningún tipo de prueba médica. Al insistir en que se encontraba mal ante los mismos servicios médicos, fue amenazada con ser trasladada de prisión. 

El 13 de febrero de 2016, por un empeoramiento en su estado de salud, fue llevada de urgencia al hospital reina Sofía de Córdoba donde le hicieron las revisiones médicas pertinentes y le sacaron tres litros de líquido y sangre del pulmón izquierdo, ya que el tumor que tenía en un ovario le reventó, expandiéndose por el abdomen. Fue al analizar dicho líquido cuando los médicos descubireron que existía ese tumor y le diagnosticaron «carcinoma seroso de ovario de alto grado, estadio IV, con afectación pleural pericárdica y peritoneal, con mal pronóstico vital».

El 21 de septiembre de 2016, le realizan la operación prescrita por los médicos que le habían atendido, recibiendo el alta médica el 27 de septiembre después de una operación de diez horas de duración. El 3 de octubre, el subdirector médico de  la cárcel de Córdoba convence a Gelen para que consienta en ser trasladada a la prisión de Málaga para asistir a un juicio oral el 18 de octubre, siendo conducida el 4 de octubre. Su argumento es que, en lugar de suspender la vista oral por su enfermedad. es mejor para ella celebrarla, ya que estando condenada y clasificada podría conseguir un beneficio penitenciario con motivo de su patología y le asegura que por su estado de salud será trasladada en una conducción especial, en ambulancia.

Lejos de eso, la trasladan en un furgón policial corriente hasta Sevilla, donde permanece sin asistencia médica ni cuidado alguno, llegando finalmente a Málaga el 6 de octubre, con padecimientos que han podido tener consecuencias y ocasionar riesgos para su salud. A su regreso a Córdoba, al denunciar las condiciones de su traslado y protestar por ellas, recibe una sanción disciplinaria de 10 días de aislamiento que se ejecuta inmediatamente, sin tener en cuenta su estado de salud ni la reciente operación.

El 24 de abril, en una revisión médica, le diagnostican una hernia, prescribiéndole el uso se una faja especial, que ella no puede pagar, y la administración penitenciaria tampoco se la proporciona. El 3 de mayo es trasladada a la cárcel de Brieva (Ávila), que se le ha asignado, al parecer, como centro de cumplimiento al ser condenada. Al interrumpirse el tratamiento que estaba recibiendo en el hospital de Córdoba, su salud empeora, ante lo cual la vuelvan a trasladar de regreso a la cárcel de Córdoba, sufriendo las consecuencias de una nueva conducción. Su hernia se agrava, por lo mismo y por no recibir el tratamiento prescrito. A finales de junio se le comunica que será trasladada de nuevo a la cárcel de Brieva, interrumpiéndose una vez más el tratamiento que está recibiendo y las revisiones que tiene programadas en el hospital de Córdoba.

En la denuncia presentada el 30 de junio de 2017 por Celia, su compañera con la que se casó en Córdoba y que está presa con ella en la cárcel de Brieva, con toda razón, le dice al juez: «mi pareja está sufriendo un trato degradante e inhumano por parte de la dirección de la prisión de Córdoba, que está suponiendo además un riesgo evidente para su estado de salud con total desprecio a cualquier criterio médico o humanitario.» en cuanto nos sea posible, completaremos esta información sobre la situación de las dos. Sirva por ahora este relato como llamada de atención sobre ella y sobre la necesidad de apoyarlas en su lucha por la dignidad e incluso por la supervivencia de Gelen.


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