
Alfonso Miguel Codón Belmonte, es un muchacho de 24 años que lleva preso desde los 18, con un historial psiquiátrico bastante amplio, aunque caótico, confuso y de difícil acceso, iniciado cuando era un niño, con problemas como ataques epilépticos e impulsos suicidas, demostrados en varias ocasiones, algunas de ellas muy recientes, con autolesiones tan peligrosas para su vida como cortes en el cuello. Con una condena de más de 15 años, lleva preso alrededor de seis, la mayor parte de ellos en «primer grado de tratamiento» o «régimen cerrado». El cual, según el artículo 89 del Reglamento Penitenciario, sería «de aplicación a aquellos penados que, bien inicialmente, bien por una involución en su personalidad o conducta, sean clasificados en primer grado por tratarse de internos extremadamente peligrosos o manifiestamente inadaptados a los regímenes ordinario y abierto», y se caracterizaría, según el artículo 90.2 del mismo reglamento, «por una limitación de las actividades en común de los internos y por un mayor control y vigilancia sobre los mismos, exigiéndose, de manera especial, el acatamiento de cuantas medidas de seguridad, orden y disciplina elabore el Consejo de Dirección, previo informe de la Junta de Tratamiento». Sigue leyendo








